La visita guiada al Salí, nos permitirá conocer una explotación salinera de montaña muy singular que mezcla, un entorno natural en estado puro, con elementos creados por la mano del hombre: eras de evaporación, canales, balsas y molinos conviven plácidamente. Ver en primera persona, cómo se ha recuperado este oficio y se mantiene vivo respetando la tradición, es una experiencia distinta que nos hará aprender muchas cosas sobre la sal y su valor en tiempos pasados. Después de la ruta, un baño en la única piscina de sal natural de Catalunya nos aportará bienestar, calma y relax. El elevado grado de salinidad de este agua hace que sea un pequeño Mar Muerto, regalando a los visitantes la capacidad de flotar sin esfuerzo y también, la posibilidad de desintoxicar y remineralizar la piel o combatir dolores musculares y articulares.