La cocina honesta, la que habla del paisaje, de los payeses, los pescadores y los ganaderos que ponen el producto en la mesa, es la razón que mueve a los numerosos colectivos de cocina que encontramos en las comarcas catalanas. Su misión es la de recuperar productos locales, salvaguardar antiguas recetas sin olvidar la innovación, dinamizar el territorio y poner en valor la cultura gastronómica catalana. Este compromiso nos permite descubrir todo un país sobre el mantel, no solo a escala gastronómica, sino también paisajística, social, cultural, de ricas tradiciones y antiguos oficios.

En paralelo, la red Slow Food, integrada por más de 50 restaurantes, se encarga de divulgar el rico patrimonio agroalimentario de Cataluña, con iniciativas dirigidas a valorar el producto más cercano, la cultura campesina y el consumo ético. Este trabajo se traduce en numerosas jornadas gastronómicas dedicadas a los mejores productos de nuestra tierra. Visitar estos restaurantes es emprender un viaje a las raíces de la cocina catalana.