Durante la Edad Media, Besalú tenía una comunidad judía que vivía en un barrio propio delimitado y separado del resto. En el año 1264, el rey Jaume I el Conquistador autorizó a esta próspera colectividad, mayoritariamente médicos y tenderos, a que construyeran sus propios lugares de culto. En Besalú podemos visitar un micvé, el espacio sagrado en el que se realizaban los rituales de purificación espiritual, por el método de inmersión total, de acuerdo con la ley judía. Hay otras ciudades en territorio catalán que conservan un rico patrimonio cultural sefardita: en Girona, el barrio del Call, con sus calles estrechas y laberínticas, constituye uno de los mayores intereses turísticos de la ciudad. El Museo de Historia de los Judíos de Girona nos invita a hacer un recorrido por la cultura y la historia de las comunidades judías en Catalunya durante la época medieval. Cada año, en el mes de septiembre, la ciudad de Girona es parte activa en las Jornadas Europeas de la Cultura Judía, celebrando diversos actos y exposiciones para dar a conocer el legado de esta importante comunidad. En Castelló dEmpúries todavía se conserva la denominación de carrer dels Jueus en el lugar del call (judería) donde se ubicó la primera sinagoga de la localidad. En la ciudad de Barcelona es posible pasear por la antigua judería del siglo XII, ubicada en las calles adyacentes a la Catedral, Santa Eulàlia, Banys Nous y Call. En tierras tarraconenses el mejor exponente se encuentra en Tortosa, con sus dos barrios judíos, el Call Vell y el Call Nou.