Por la mañana, los puestos del mercado del Fòrum de Tarragona, situados entre ruinas romanas Patrimonio de la Humanidad, rebosan frescura y color, con productos que llegan de la huerta del Camp de Tarragona. Sin salir del casco histórico, hacemos una ruta para conocer la historia del vino de la D. O. Tarragona y de jóvenes productores de vinos naturales, en la que nos hablan de la recuperación de L’Embutada, fiesta que celebra la llegada del vino novel. Paseamos hasta el barrio marinero de El Serrallo para saber más de otro de los tesoros gastronómicos de la ciudad, los pescados y mariscos con los que elaboran el romesco, que aquí no es una salsa, sino la base de esta receta vinculada a la cocina de barca.