La Montaña de Sal es un fenómeno natural único en el mundo y hoy todavía crece a medida que la lluvia la erosiona. Sus 120 metros son tan sólo la punta de un enorme diapiro de cerca de dos quilómetros de profundidad. Durante una hora, os adentraréis hasta los 86 metros y disfrutaréis del espectáculo de formas y texturas que ofrece el macizo salino.