La actividad configurará un escenario de placer y de conexión con el entorno, descubriendo la belleza de varias localizaciones sencillas del Collsacabra. Trabajaremos la contemplación como herramienta para potenciar los sentidos y conectar con la naturaleza desde la humildad, el silencio, desde la percepción sensorial y la intuición, aprendiendo a aparcar la mente por un rato. Experimentar el paisaje de forma vivencial y dejar que se manifieste en torno nuestro en vez que nosotros nos desplazamos por él. La actividad transcurre de forma lenta y serena, bidireccional, en el sentido de que experimentaremos el paisaje a ambos lados de la piel. Actividad de medio día de duración, para adultos, para un mínimo de 4 personas y un máximo de 12.