El Triangulo Daliniano está formado por el Teatro-Museo Dalí de Figueres, la Casa-Museo Castell Gala Dalí de Púbol y la Casa-Museo Salvador Dalí de Portlligat. «En este lugar privilegiado lo real y lo sublime casi se tocan. Mi paraíso místico comienza en los llanos del Empordà, rodeado por las colinas de Les Alberes y encuentra su plenitud en la bahía de Cadaqués. Este país es mi inspiración permanente». Son palabras de Salvador Dalí, el genio del surrealismo. Los paisajes del Empordà, los blancos caseríos, el cielo del Mediterráneo, las formaciones rocosas y la tramuntana, forman parte de un territorio que es parte indisoluble del universo pictórico del pintor. En Figueres hay varias localizaciones vinculadas a su vida. El 11 de mayo de 1904, en un edificio modernista de la calle Monturiol de Figueres nació Salvador Dalí; la iglesia de Sant Pere tuvo protagonismo en varias etapas esenciales del artista: el bautismo, la comunión y el funeral. En el Museo del Joguet de Catalunya podemos ver una exposición acerca de la juventud de Dalí, compuesta por objetos como juguetes o álbumes de foto, y en el espacio Dalí-Joyas hay una colección de treinta y siete joyas y más de veinte dibujos de los diseños que el artista realizó durante tres décadas. En el Teatro-Museo Dalí muestran una amplia colección de obras del pintor. Si el edificio es original por fuera, fiel reflejo de la vida y obra del artista, el interior es un verdadero templo del surrealismo. El Castillo de Púbol fue un regalo del pintor a su esposa y musa Gala. Destacan una antigua cocina convertida en baño, el salón del piano, la piscina del jardín y el mausoleo de Gala. Cadaqués fue para Dalí una especie de refugio creativo. Con el tiempo acabó comprando un conjunto de casas de pescadores, en la playa local de Portlligat, que convirtió en su casa y taller. Esa casa de Portlligat fue el punto de encuentro de numerosos artistas e intelectuales de la época, como sus amigos el cineasta Luis Buñuel y el poeta Federico García Lorca.