Vuelvo a las vistas al mar, subiendo al mirador de Colón en el ascensor instalado en el interior de la columna del monumento. La visita se complementa, una vez de vuelta a pie de calle, con una degustación de cuatro vinos de denominaciones de origen catalanas: Alella, Pla de Bages, Catalunya y Penedès. Con el encendido de las primeras luces artificiales da inicio el recorrido nocturno por Ciutat Vella y el barrio Gótico, visitando Santa María del Pi, la Catedral y coquetas plazas como la de Sant Felip Neri, un lugar que nos habla de la Barcelona de los gremios y que todavía muestra las trágicas huellas de la Guerra Civil en alguna de sus paredes.

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