Subo hasta Montjuïc para despedirme de Barcelona desde las alturas, un lugar en el que se pueden ver destacados jardines, como el Botánico, y museos como la Fundación Joan Miró, el Museo Nacional de Arte de Catalunya y el Pabellón Mies van der Rohe.

Pongo rumbo a Santa Coloma de Cervelló para visitar la cripta de la Colonia Güell, una espectacular obra de la etapa naturalista de Gaudí. Pese a que la cripta también forma parte de los siete edificios del arquitecto declarados Patrimonio Mundial, es la obra menos conocida de las que integran esa prestigiosa lista.