Los bosques en esta parte de los Pirineos son el hábitat de marmotas y grandes cérvidos. Cuando llega el otoño, el espectáculo de la berrea de los ciervos pone la banda sonora a esos bosques. A lo largo de nuestra caminata sabemos que los animales están ahí, pero son difíciles de ver, así que por la tarde optamos por visitar Aranpark, en Bossòst, un pueblo de arquitectura típica aranesa. En este parque de fauna, tanto niños como mayores nos asombramos ante la imponente presencia de los osos pardos, los linces y los lobos grises. Para cerrar el día volvemos a Vielha. Si la visita coincide en martes, podemos participar en algo que ya es toda una institución en este valle, el Pintxo Pote. Por el casco antiguo, una ruta lleva de bar en bar para disfrutar de la gastronomía en miniatura.