Hoy salimos sin prisas en dirección a la comarca de La Cerdanya, con sus 17 municipios situados por encima de los mil metros de altitud. Paramos a desayunar en Bellver de Cerdanya, que antes de ser villa fue uno de los castillos en la línea de fortificaciones que controlaban el paso entre los condados de Conflent y Urgell. Pan recién hecho untado con mantequilla y mermelada casera nos dan alas para recorrer el centro medieval de la localidad —en una de sus casas Gustavo Adolfo Bécquer escribió la leyenda La Cruz del Diablo— y acercarnos a pie hasta la vecina iglesia de Santa María de Talló, uno de los puntos importantes del Camino de Santiago por tierras catalanas.