En el estanque de Ivars i Vila-sana hemos reservado una de las actividades especiales que ofrecen, la del anillamiento de especies. Recorriendo el perímetro del acuífero, en un paseo de poco más de 2,5 kilómetros, vemos cómo se ha recuperado un espacio que llegó a desecarse y hoy resulta de vital importancia para las aves. Llegamos a Lleida cuando empieza a caer la tarde, justo a tiempo para acceder a la visita del conjunto monumental de la Seu Vella y Castillo del Rey. Para la cena nos decantamos por la manera más tradicional de comer los famosos caracoles de Lleida, asados “a la llauna”, sobre una plancha metálica con asas dispuesta directamente sobre las brasas.