Los encantadores pueblos medievales del Empordanet se pueden recorrer de varias maneras, a pie, con visitas guiadas especializadas en patrimonio o en la artesanía de la cerámica, en coche e incluso en un vuelo en globo. Nosotros optamos por aparcar el coche para visitarlos en unas bicicletas rurales eléctricas, a las que llaman burricletas. En Peratallada, sus calles nos trasladan a los días en que caballeros, nobles y maestros canteros pasearon por ellas; desde Pals, pueblo de inconfundible silueta con la muralla alrededor, tenemos vistas a la plana del Empordà, el Montgrí y las islas Medes. De regreso a la costa entramos en Calella de Palafrugell, en la lista de los Pueblos con Encanto junto a los dos anteriores. Nuestra guía explica que en esta localidad marinera, de blanco caserío porticado y tradicionales habaneras, el gran escritor Josep Pla pasó los veranos de su infancia. Si se busca alguna opción de turismo activo, se puede recorrer el tramo más salvaje del Camino de Ronda, entre Llafranc y Palamós, pasando por localizaciones tan espectaculares como el pequeño núcleo pesquero de S’Alguer y calas rocosas y agua de color turquesa como Canyers o dels Corbs.