Sin dejar la costa, hacemos un pequeño desvío en la ruta para llegar hasta Lloret de Mar y visitar los jardines de Santa Clotilde, plantados sobre un impresionante risco con vistas al mar. El paisajista y arquitecto Nicolau Rubió se inspiró en el Renacimiento italiano para diseñar este hermoso espacio. En la escalinata que se dirige al mar, flanqueada por estatuas de sirenas, no vemos el momento de dejar de hacer fotos para publicar en nuestras redes sociales. En Blanes encontramos otro importante jardín, el de Marimurtra. Este jardín botánico, donde se realizan importantes estudios científicos, fue fundado por el alemán Carl Faust. El templete que mira a la cala de Sa Forcanera es uno de los lugares más fotografiados de la Costa Brava. Ponemos rumbo al norte, hacia tierras del interior, para alcanzar Girona, declarada Ciudad con Carácter. Escogemos una visita a la ciudad a través de sus sabores. Además de pasear por el patrimonio, como la catedral, la judería y las coloridas casas sobre el río Onyar, saboreamos el xuixo de crema, los brunyols, quesos con pa amb tomàquet y aceite de oliva, fideuà y el helado que elabora uno de los hermanos Roca, entre otros pequeños bocados.