Doy un pequeño salto en el tiempo para trasladarme a la Barcelona bohemia de finales del siglo XIX y principios del XX, la ciudad que tuvo entre sus calles al joven Picasso. Paseo por lugares esenciales en su vida, como la escuela donde estudió, la calle Avinyó y la cervecería donde hizo su primera exposición individual. La obra del artista me ha abierto el apetito, aprovechando que la ruta acaba en el museo Picasso, ubicado en el barrio del Born, continúo con una ruta gastronómica por emblemáticas tabernas del barrio. Una buena opción para continuar la tarde es el paseo tranquilo visitando tiendas, algunas de ellas centenarias, de productos hechos a mano, como joyerías, moda, cosmética, artesanía y turrones.