Acabamos el día como lo comenzamos, en el mar, pero esta vez a bordo de un catamarán para ver la puesta de sol. Poco después de salir de puerto despliegan las velas y silencian los motores. Tras un rato de navegación, sin perder de vista Barcelona, detienen la embarcación y nos invitan a darnos un baño en el Mediterráneo, invitación que no dudamos en aceptar. De vuelta a bordo nos han preparado un aperitivo con fruta de temporada y una copa de cava, con la que brindamos por un gran viaje mientras el sol se pone tras las montañas de Collserola.