En las cercanías del Delta de l’Ebre podemos hacer otras atractivas visitas. Es un territorio con muestras muy antiguas de la presencia humana, como las pinturas rupestres que forman parte del arco mediterráneo declarado Patrimonio de la Humanidad, o los olivos milenarios, ambos testimonios entre Ulldecona y La Sénia. En la parte más cercana al mar, Sant Carles de la Ràpita dispone de un amplio abanico de actividades náuticas y las playas naturales del delta son una invitación a la relajación y el descanso. No obstante, nosotros optamos por seguir ruta hasta la monumental Tortosa, integrante de la marca Ciudad y Villa con Carácter; el castillo, la catedral y los restos de la judería bien lo merecen. En el Mercado Municipal modernista encontramos productos típicos de Terres de l’Ebre y algunas barras donde degustarlos. Salimos de allí con una bolsa de los tradicionales pastissets de cabello de ángel.