No tenemos mucha más compañía en la siguiente parada, tan solo las pocas monjas que siguen habitando el monasterio de Vallbona de les Monges. Nos explican durante la visita que el hecho de que esté rodeado del pueblo, no como los otros dos con los que comparte la Ruta del Císter, responde a las concesiones que tuvo que hacer la abadesa para saltarse la prohibición, impuesta por el Concilio de Trento, de que hubiera monasterios femeninos en paisajes aislados. Tras ver los espacios más destacados, como el claustro y la tienda de recuerdos donde las monjas venden las reproducciones que hacen de la cerámica antigua del monasterio, seguimos la ruta hacia el estanque de Ivars i Vila-sana pasando antes por Belianes, Arbeca y Les Borges Blanques, tierras donde se producen los excelentes aceites de la D. O. P. Les Garrigues.