Nuestra siguiente parada será Balaguer, donde cogeremos fuerzas con una coca de recapte, hecha, por supuesto, con pimientos y berenjenas de la huerta leridana. La carretera panorámica entre Balaguer y la Baronia de Sant Oïsme es un recorrido de gran belleza paisajística, con vistas sobre el río Segre y el magnífico pantano de Camarasa. El entorno del pantano, que mira a la sierra del Montsec, es propicio para la práctica del senderismo —una etapa del GR-1 pasa por allí—, la observación de pinturas rupestres e incluso para sobrevolarlo en globo, parapente o ala delta a baja altura. Estos paisajes son un buen preludio a lo que nos espera en el Congost de Mont-rebei. El paisaje de vértigo y piedra más célebre de Catalunya puede recorrerse a pie, a través de un estrecho desfiladero, o en kayak a lo largo del río Noguera-Ribagorçana. Nosotros nos decidimos por la vertiente terrestre para caminar junto a paredes cuya altura, en algunos tramos, supera los quinientos metros.