Desde que llegamos a Terres de l’Ebre hemos tenido la compañía del río Ebro, había llegado el momento de meternos en el agua para recorrer uno de sus tramos en kayak. El sonido del remo y el canto de las aves son la banda sonora de un trayecto tranquilo que nos lleva hasta la espectacular población de Miravet, con sus casas y el castillo templario asomándose al río. En la localidad, además de visitar el castillo, podemos participar en un taller de cerámica para conocer su tradición alfarera. Tras la navegación, ponemos rumbo al Priorat. Entre las localidades de Móra d’Ebre y Móra la Nova hacemos un pequeño desvío, apenas diez minutos, para subir al poblado ibérico de Castellet de Banyoles, desde donde se divisa un meandro del Ebro y las huertas de la Ribera d’Ebre. La vista es especialmente hermosa durante los meses de floración de los árboles. La explosión de color comienza a principios de febrero con los almendros y se extiende hasta abril con cerezos y melocotoneros.