La montaña de Olèrdola ha sido un enclave estratégico con asentamientos de diversa intensidad desde la edad del bronce (poco menos de 4.000 años atrás) hasta bien entrado el siglo XX. De los primeros pobladores nos han llegado los hallazgos de una sepultura tumular ubicada cerca de la actual zona de entrada. A principios del siglo I a. C. los romanos establecieron un campamento militar. Casi mil años más tarde, en la alta edad media, el recinto fortificado volvió a ser habitado. Olèrdola fue “fundada” en un momento indeterminado entre el 911 y el 937 por Sunyer, conde de Barcelona, ​​que hizo construir una muralla perimetral, las iglesias de Sant Miquel (dentro muralla) y de Santa Maria (fuera muralla) y el castillo. A inicios del siglo XII, se inicia la decadencia de Olèrdola y el desplazamiento de la población hacia la llanura. La iglesia de Sant Miquel fue parroquial hasta 1884.