La mañana empieza en Girona para visitar lo más destacado de su patrimonio, la judería mejor conservada de Catalunya, los baños árabes, las coloridas casas sobre el río Onyar y la Catedral de Santa María, y continuar con un recorrido guiado por los sabores de la ciudad: el xuixo de crema, los quesos de la zona y el helado que elabora uno de los hermanos Roca. Para llegar a Rupit cruzamos en coche la parte sur del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, un lugar de excepcional valor paisajístico por sus volcanes, coladas de lava, densos bosques y pequeños pueblos con buena oferta de turismo rural. Una vez en Rupit, tras un almuerzo con platos de la gastronomía de montaña característica del Collsacabra, una cocina contundente en la que no faltan los embutidos típicos de Osona y los estofados, contratamos una visita para que nos cuenten la historia de esta localidad crecida bajo una enorme roca en la que un día hubo un castillo. El pueblo está rodeado de bosques y saltos de agua donde relajarse en plena naturaleza.